Un consumo regular de aceite de oliva virgen puede reducir considerablemente el riesgo de padecer diversas enfermedades.
Una reciente investigación publicada en la revista European Journal of Clinical Nutrition sugiere que el consumo regular de aceite de oliva virgen, tanto crudo como cocinado, puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar cáncer de mama.
El estudio EpiGEICAM, realizado por el Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM), analizó los hábitos alimenticios de mujeres con y sin cáncer de mama. Los resultados revelaron que aquellas mujeres que consumían al menos 2 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen al día, tanto para cocinar como en crudo (ensaladas, pan, etc.), tenían un 30% menos de riesgo de desarrollar cáncer de mama en comparación con las que consumían menos de 2 cucharadas diarias.
Estos hallazgos corroboran los resultados previamente obtenidos en diversos ensayos de intervención nutricional, donde las mujeres asignadas al grupo de dieta mediterránea complementada con aceite de oliva virgen tuvieron un 68% menos de riesgo de cáncer de mama que el grupo control.
El consumo moderado de aceite de oliva virgen, tanto crudo como cocinado, parece tener un efecto protector contra el cáncer de mama. Este beneficio se atribuye a los compuestos bioactivos presentes en el aceite de oliva virgen, muchos de los cuales se pierden durante el proceso de refinado.
Recomendaciones:
Consumir al menos 2 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen al día.
Mantener un consumo moderado, ya que una ingesta calórica excesiva también puede aumentar el riesgo de cáncer de mama.
